PENSACOLA, Florida — FEMA aprobó $65,462,184 en subvenciones para reembolsar al Departamento de Transporte de Florida (FDOT, por sus siglas en inglés) por sus costos para las operaciones de recogido de escombros por el huracán Michael en cuatro condados afectados.
FDOT utilizó contratistas y, en algunos casos, mano de obra de reclusos, según lo dispuesto en un acuerdo con el Departamento de Correcciones del estado, para retirar, monitorear, astillar y eliminar los escombros de la tormenta que representaban una grave amenaza para la salud y la seguridad pública en los condados de Calhoun, Gadsden, Gulf y Jackson. Un total de 3,851,305 yardas cúbicas de escombros vegetativos, 290,637 yardas cúbicas de escombros de construcción y demolición, 23,059 árboles peligrosos, 11,017 ramas colgantes peligrosas, 657 tocones y 136 electrodomésticos principales fueron retirados de la propiedad pública, carreteras y derechos de paso entre el 25 de noviembre de 2018 y el 11 de julio de 2019.
Este reembolso eleva el total de subvenciones de FEMA para la recuperación por el huracán Michael del FDOT a más de $388 millones.
El programa de Asistencia Pública de FEMA es una fuente esencial de financiamiento para las comunidades que se recuperan de un desastre o emergencia declarada por el gobierno federal. La División de Manejo de Emergencias de Florida (FDEM, por sus siglas en inglés) trabaja con FEMA durante todas las fases del programa y revisa los proyectos antes de la aprobación final de FEMA.
Los solicitantes trabajan directamente con FEMA para desarrollar proyectos y alcances de trabajo. FEMA obliga a financiar proyectos a FDEM después de la aprobación final.
Una vez que un proyecto está obligado, FDEM trabaja en estrecha colaboración con los solicitantes para finalizar las subvenciones y comenzar a realizar pagos. FDEM cuenta con procedimientos diseñados para garantizar que los fondos de subvención se proporcionen a las comunidades locales lo más rápido posible.
El programa de Asistencia Pública de FEMA proporciona subvenciones a los gobiernos estatales, tribales y locales, y a ciertas organizaciones privadas sin fines de lucro, incluidas las casas de adoración, para que las comunidades puedan responder rápidamente y recuperarse de grandes desastres o emergencias.