Un sobreviviente del incendio forestal en el estado de Washington recibe asistencia de FEMA para ayudar con la recuperación de su familia

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La tarde del 18 de agosto, Cary Johnson estaba hablando por teléfono cuando su vecino irrumpió en su hogar. 

"¿Ves el humo?", gritó su vecino. Johnson pensó que parecía un incendio en una vivienda a media milla de distancia. 

"Me subí a un todoterreno, avancé por la carretera y vi los árboles en llamas", dijo Johnson, 48. Su familia ha vivido en la comunidad de Elk en el Condado Spokane, Washington, desde 1963. Se apresuró para regresar a su vivienda y tomar una retroexcavadora para cavar una zanja y evitar que el fuego se propague, pero su vecino lo detuvo, indicando que la zona ya se encontraba bajo una orden de desalojo de Nivel 3. Nivel 3 significa que existe un peligro inmediato y extremo en la zona, su vivienda no es segura y usted debe desalojar de inmediato.  

Johnson entró corriendo a su vivienda gritando "¡Fuego! ¡Fuego! ¡Fuego!" para avisarle a su hija de 12 años. 

Al mismo tiempo, el incendio de Gray ardía a 50 millas de distancia en Medical Lake. En ambas ubicaciones, cientos de residentes estaban siendo desalojados, miles de acres de tierras agrícolas y bosques estaban siendo calcinados por el fuego y más de 360 estructuras estaban siendo destruidas. 

Johnson había comenzado recientemente un nuevo negocio para mover casas rodantes y todo lo que sus tres camiones pudieran acarrear, incluso dos casas rodantes que él esperaba vender. Ahora veía como su empresa se quemaba con el fuego. Logró manejar uno de sus camiones hasta la vivienda de un vecino, donde esperaba que fuera más seguro. De regreso en la vivienda, él recogió herramientas, documentos, dinero y lentes de contacto. La gata, Maggie, había escapado y nadie podía encontrarla. 

El amigo de Johnson siguió apurándolo, "Vamos, vamos."

Johnson llamaba a todo el mundo para ver cómo estaban su padre, su madrastra y sus tres tíos, que viven cerca.  En el camino, un oficial del alguacil le dijo amablemente, "No quiero que regreses allí". 

Era tiempo de desalojar.

"Cuando nos fuimos, ya me estaban cayendo brasas encima. Vi como se quemaban los árboles y escuché al fuego rugir, un sonido a motor de avión a reacción. Vi como se quemaba el granero de mis vecinos", dijo Johnson. 

El incendio terminó siendo devastador. Los agricultores y las empresas perdieron equipos, ganado y graneros valuados en millones de dólares. Los incendios terminarían provocando pérdidas estimadas en $166 millones sólo en propiedades evaluadas. Se movilizaron recursos locales, estatales y federales. Alrededor de Elk, el incendio destruyó 126 viviendas, quemó más de 11,.000 acres y mató a Alex Brown, de 49 años, un vecino que vivía cerca de Johnson. Inmediatamente después, la Iglesia Country Church of the Open Bible en Elk abrió sus puertas, proporcionando alimentos, prendas de vestir y suministros, como también un lugar donde los sobrevivientes podían alojarse. Más tarde, la iglesia acogió un Centro de Recuperación por Desastre conjunto de FEMA y el estado. 

Todos los miembros de la familia sobrevivieron, pero la casa del padre de Johnson fue destruida, como también las de sus tres tíos. La vivienda de Johnson sufrió daños, pero no fue destruida. Sus otros dos camiones y las casas rodantes, estacionadas en otro lado, todas fueron destruidas. 

Semanas antes del desastre, la hija de Johnson, Dallas, de 12 años, había recibido el alta luego de una escalofriante lucha contra el cáncer y Johnson se había sometido recientemente a una cirugía en el manguito rotador debido a una lesión en su hombro. Sentía que su sufrimiento estaba terminando. Pero ahora sólo se sentía perdido.

Los miembros de su familia extendida se reubicaron temporalmente en Deer Park, aproximadamente a 
12 millas al sudoeste de Elk, ya que no fue afectado por el incendio. Las amistades de esa zona ofrecieron ayuda. De regreso en Elk, un amigo de Johnson llevó un generador y varios bidones de combustible hasta la vivienda de Johnson para que pudieran comenzar las labores. El techo, la terraza y otras zonas necesitaban reparaciones. El padre de Johnson utilizó sus ahorros para comprar una nueva retroexcavadora y trabajar en la demolición y limpieza del terreno. 

En los alrededores de la comunidad, Elk estaba lleno de recordatorios: árboles quemados, escombros y esqueletos de automóviles quemados. Un estanque de aluminio sólido era todo lo que quedaba de un bote de 12 pies de un vecino.

Johnson se enteró sobre el programa de Asistencia Individual de FEMA por un familiar que se inscribió para ayuda de FEMA y le instó para que su padre y sus tíos solicitaran asistencia. Todos cualificaron para recibir diferentes tipos de asistencia. 

Johnson también solicitó asistencia y durante el proceso, demostró cómo una colaboración interactiva entre FEMA y un solicitante puede mitigar los problemas. 

Johnson solicitó asistencia por teléfono, utilizando la línea de ayuda de FEMA: 800-621-3362. Pronto recibió una carta de determinación de FEMA, que según entendió, significaba que se le había rechazado la asistencia. Quería saber por qué, entonces se reunió con miembros del personal de FEMA en el Centro de Recuperación por Desastre en Elk y descubrió que simplemente necesitaba presentar más documentos. El personal de FEMA analizó sus documentos y concluyó que podía resolver el problema por Internet. Tenía que subir facturas de su proveedor de cable para probar que vivía en la vivienda al momento del incendio y un documento legal llamado "Declaración de titularidad" para demostrar que era dueño de la vivienda. 

Pronto recibió Asistencia para Reparaciones a la Vivienda y Asistencia de Alquiler para cubrir el tiempo que no pudo vivir en la vivienda. Más adelante, descubrió más daños en la vivienda y el sistema séptico, gracias a la orientación del personal de FEMA, presentó una apelación por Internet para obtener apoyo adicional. Hasta la fecha, ha sido aprobado para que la totalidad de su sistema séptico sea remplazado luego de que fuera destruido por el calor y los escombros del incendio. Todavía sigue pendiente una solicitud para realizar más reparaciones.

Lance "Duke" Davis, el Coordinador Federal por el desastre de los incendios forestales de Spokane, exhorta a los solicitantes de FEMA a colaborar con el personal de FEMA para recibir la ayuda que necesitan. 

"Todos estos procesos y formularios pueden ser muy confusos para los sobrevivientes que ya han pasado por mucho", dijo Davis. Recientemente, la agencia implementó cambios al Programa de Asistencia Individual para ayudar a mejorar el proceso y hacer que sea más fácil que los sobrevivientes reciban la ayuda que necesitan. 

Ahora, casi diez meses luego del incidente, más de $24 millones de asistencia federal, incluidos más de 
$3 millones de Asistencia Individual de FEMA y más de $21 millones en préstamos por desastre de la Agencia Federal de Pequeños Negocios han ayudado a las familias y personas del Condado Spokane afectadas por los incendios forestales. Se proyectan casi $40 millones de dólares adicionales para ayudar a financiar la reparación de carreteras, servicios y edificios públicos. Los programas de FEMA pueden ayudar a tener estabilidad durante un momento difícil. 

Con las reparaciones en marcha, Johnson afirma que su vivienda todavía no se siente como su hogar. Los árboles que antes se encontraban a lo largo de su larga entrada en forma de L están quemados y su casa ahora es visible para el público.

"Solía querer tener un garaje de tres vehículos y automóviles exóticos", dijo Johnson. Ahora sólo quiere que su padre y sus tíos estén bien. El lado positivo es que Maggie, la gata, apareció ilesa.

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