Durante el 11 de septiembre, Dan Best participaba en un grupo de trabajo para desarrollar un curso de capacitación sobre Asistencia Pública en el Instituto de Manejo de Emergencias de FEMA en Emmitsburg, Maryland. Las clases y los talleres fueron cancelados, y a todos se les dijo que fueran a casa. Dan era jefe de la Oficina de Área de Recuperación en la Región 7 de FEMA en ese entonces, y le avisó a su supervisor que podía regresar a la región o ayudar con la respuesta de la agencia al incidente.
Más tarde esa noche, recibió una llamada del Jefe de Operaciones del Equipo Nacional de Respuesta en Emergencias y fue enviado a Nueva York como Director Auxiliar de la Oficina de Área de Infraestructura el próximo día. En este cargo del programa de asistencia pública de FEMA, Dan trabajaba con el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos y con el Departamento de Energía para clasificar y eliminar los escombros del World Trade Center. Dan pasó más de un mes en Nueva York, la mayoría del tiempo en la Oficina de Operaciones en Desastres, con varias visitas al World Trade Center y el sitio en Staten Island donde se clasificaban cuidadosamente los escombros.
Los escombros, la evidencia y las pertenencias personales del sitio eran vitales para el FBI, el departamento de policía de Nueva York y los sobrevivientes y las personas que perdieron a sus seres queridos. Para garantizar que todos los aspectos de la misión se realizaran con cuidado y compasión, FEMA colaboró con el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos para usar su pericia en el recogido y manejo de escombros. Una operación compleja entre varias jurisdicciones, el proceso siguió durante ocho meses mientras se recogían los escombros del World Trade Center.
Dan sabía que era importante devolver los artículos personales a los sobrevivientes y las familias de las personas fallecidas. También sabía que el personal de respuesta puede tener sentimientos encontrados. “Por un lado, siempre estoy orgulloso del trabajo que hacemos para ayudar a los sobrevivientes de desastres”, dijo Dan. “Por otro lado, reconozco el hecho que estamos haciendo este trabajo porque alguien ha sufrido terriblemente. Y muchas personas sufrieron terriblemente el 11 de septiembre”.
Para Dan, es esencial considerar las necesidades de las personas afectadas por desastres, independientemente de la magnitud o causa del desastre. “Trabajar con sobrevivientes de desastres es gratificante, y me gusta trabajar con ellos”, dijo Dan, y agregó que “aunque aprecio que cada desastre es distinto y aprendes cosas nuevas, puede ser triste porque estás allí para ayudar a las personas a recuperarse de algo que, en un mundo perfecto, nunca les ha pasado”.
Al reflexionar sobre el legado del 11 de septiembre, Dan enfatizó la necesidad de la coordinación de las partes interesadas durante los incidentes. Al examinar las buenas prácticas y las lecciones aprendidas, FEMA ha desarrollado una capacidad bien reconocida para implementar y coordinar con varios colaboradores y múltiples agencias para lograr los objetivos en el campo. Se ha solicitado esta capacidad para incidentes nunca vistos en que la Ley Stafford no se aplicaba, como cumplir con las necesidades humanitarias en la frontera, responder a terremotos en otros países y durante el derrame de petróleo en el golfo de México. Más recientemente, se utilizaron las habilidades de coordinación de FEMA para apoyar a los colaboradores durante la pandemia de COVID-19 y la misión posterior de vacunación.
Dan destacó otro resultado del 11 de septiembre: las personas y las organizaciones son más capaces de unirse en momentos de crisis. Las lecciones aprendidas durante la respuesta y recuperación de los eventos del 11 de septiembre generaron la unificación de esfuerzos para ayudarse los unos a los otros y proteger a las comunidades de los impactos de los desastres y las emergencias. Dan espera trabajar con los colaboradores de la agencia en el futuro porque sabe que los profesionales de manejo de emergencias y la comunidad de personas que quieren ayudar durante los desastres o emergencias toman muy en serio estas lecciones.
Como historiador, Dan sabía que participaba en un evento histórico al apoyar las operaciones de la ciudad de Nueva York de búsqueda y rescate, recuperación, y recogido de escombros en el World Trade Center. Cuando estaba en la ciudad, fue testigo directo del dolor y miedo de las personas que buscaban a sus seres queridos. Los funcionarios prohibieron los vehículos en la parte al sur de Canal Street en Manhattan, por lo que su ruta para trabajar al trabajo pasaba cerca del World Trade Center. Durante muchas caminatas hacia la oficina de la Región 2, los sobrevivientes distribuían fotos de sus seres queridos desaparecidos con la esperanza de descubrir cualquier información posible. “Fue devastador no tener ninguna buena respuesta para ellos”, dijo Dan. Dan aún guarda la primera foto que recibió. "Conservo la foto como recordatorio de la razón por la que estamos en esta profesión”.