
Minutos después de que un tornado arrasara Jacksonville, Arkansas, en 2023, el pastor Eddie Miller entró con cuidado en la iglesia que fundó.
Vio los escombros de un techo derrumbado y un órgano destrozado. Pero sus ojos se centraron en el área detrás del púlpito.
“Todo estaba destruido excepto las tres cruces que estaban colgadas en la pared y que no habían sido tocadas”, dijo Miller. “Eso me dejó con esperanza de que Dios no me ha abandonado”.
Durante este otoño, Miller y su congregación celebrarán la terminación de una nueva iglesia, pagada en gran parte por los fondos de Asistencia Pública de FEMA. Los equipos de construcción progresan a medida que la comunidad está más cerca de tener una nueva instalación.
“Realmente se está moviendo hacia adelante”, dijo Miller. “Están pintando las paredes interiores. Las unidades de acondicionador de aire están siendo instaladas. Para mí todo está pasando justo a tiempo”.
Fortaleza en medio de una tormenta
La tarde del 31 de marzo de 2023, Miller vio los reportajes del noticiero en la televisión sobre las fuertes tormentas y tornados que azotaban el área metropolitana de Little Rock.
Su casa estaba bien, pero condujo cinco minutos hasta la iglesia, sin imaginar que estaría en la trayectoria de la destrucción.
“Se estrelló y todo nuestro trabajo desapareció en cuestión de minutos”, dijo Miller. “No lloré, pero estaba conmocionado”.
Tras salir del edificio, consoló a un grupo de personas consternadas que se habían reunido.
“La iglesia siempre ha sido un faro de luz para la comunidad. La gente siempre venía por comida, ropa, consejería”, dijo Miller. “La gente decía: '¿Qué vamos a hacer ahora?’ Yo les decía: 'Vamos a volver. Este no es el final'”.
Nueve días después, la congregación de Miller, compuesta por 200 personas, celebró la Pascua en el estacionamiento de la iglesia. Predicó un mensaje titulado “Esto no ha terminado”.
Después, un visitante se le acercó.
“Me dijo: 'Soy de la Agencia Federal de Pequeños Negocios y creo que FEMA podría ayudarle'”, cuenta Miller. “Me presentó a FEMA, y eso fue lo mejor que nos pudo pasar”.
Fe hecha realidad
La iglesia de Miller solicitó la ayuda de FEMA, un proceso que al principio parecía abrumador.
“El equipo de FEMA que estaba a mi alrededor era increíble”, dijo Miller. “Estábamos en la zona cero. Vinieron y nos ayudaron con todos los papeles, con todos los documentos. No nos dejaron solos”.
Por los daños que sufrió la iglesia que fundó en 2008, FEMA le concedió una subvención de $1.65 millones para construir un nuevo edificio.
En el marco del programa de Asistencia Pública de FEMA, los fondos pueden ayudar a pagar la reparación o reconstrucción de escuelas, instalaciones de obras públicas y estaciones de policía, así como casas de oración (enlace en inglés) y otras organizaciones sin fines de lucro después de un desastre.
La construcción de la iglesia de 12,834 pies cuadrados comenzó en diciembre de 2023 y el personal de FEMA ayudó a incorporar elementos de resiliencia en el diseño de la instalación, incluyendo marcos de acero, un techo de metal y una sala de seguridad. Estos refuerzos ayudarán a garantizar que la comunidad cuente con una iglesia más fuerte para las generaciones futuras.
“Si tenemos otra tormenta de esa magnitud, veo este edificio en pie”, dijo Miller. “Me siento mucho más cómodo sabiendo que el edificio de acero es mucho más resistente. Es mucho más seguro tanto para la comunidad como para los miembros”.
Además, Miller dijo que el tornado permitió a su iglesia diseñar un lugar de reunión para satisfacer mejor una variedad de necesidades.

La nueva iglesia tendrá una gran ala dedicada al ministerio infantil y a la educación. En el ala de adultos, habrá duchas y baños para las personas sin vivienda que acudan a la iglesia en busca de comida y ropa.
Después del tornado, Miller sacó las tres cruces de madera del santuario destruido. Las llevó a su casa para guardarlas.
“En cuanto acabemos, las colgaré en la nueva iglesia”, dijo.