Kathy Smith, Jefa de la Subdivisión de Planificación y Seguridad de AICP comparte sus puntos de vista sobre la importancia del vigésimo aniversario de la Ley de Mitigación de Desastres de 2000.
Las comunidades han participado durante mucho tiempo en la planificación de la seguridad pública y el crecimiento futuro. Sin embargo, el Congreso reconoció la necesidad de apoyar un nuevo tipo de planificación que ayuda a las comunidades estatales, tribales, territoriales y locales a entender y reducir su vulnerabilidad a los peligros naturales. Este cambio de centrarse en la planificación previa a los desastres se hizo formal bajo la Ley de Mitigación de Desastres de 2000. Esta ley fue firmada el 30 de octubre de 2000, y enmendada bajo la Ley Robert T. Stafford de Ayuda en Desastres y Asistencia en Emergencias (Ley Stafford). FEMA celebra el aniversario y el legado de la Ley de Mitigación de Desastres de 2000 durante los meses de octubre y noviembre.
Antes de convertirse en ley, la planificación de los oficiales en el manejo de emergencias generalmente se centraba en prepararse y responder a los desastres, lo cual ayuda a las personas durante los eventos peligrosos. Después de convertirse en ley, los oficiales en el manejo de emergencias comenzaron a usar un proceso de planificación más proactivo. Guiar a sus comunidades a través de ese proceso dio lugar a planes de mitigación de riesgos aprobados por FEMA (en inglés). La planificación tenía como objetivo reducir los impactos de los desastres antes de que ocurrieran. Los oficiales en el manejo de emergencias comenzaron a utilizar un proceso más abarcador y colaborativo para los planes de mitigación de riesgos. Implicaron una gama más amplia de colaboradores, procedentes de sectores como la vivienda y la infraestructura. Los planes de mitigación reunieron a personas en el manejo de emergencias y el desarrollo comunitario. Alentaron planes específicos de la comunidad para reducir de forma proactiva los riesgos y las vulnerabilidades. Este tipo de plan es necesario para recibir ciertos tipos de asistencia de FEMA. Pero los participantes descubrieron que los planes podrían ser útiles para mucho más que eso.
Al igual que con la mayoría de las nuevas iniciativas, la primera generación de planes de mitigación simplemente trató de cumplir con los requisitos en los reglamentos y la Guía para la Planificación de Mitigación de Riesgos de FEMA (2004). El contenido de los planes rara vez reflejaba las necesidades únicas de cada comunidad. Sin embargo, con un requisito de actualizaciones cada cinco años, las versiones futuras crecieron y evolucionaron con las comunidades y se reorientaron en las prioridades para que coincidan con los tiempos. Hoy en día, estos son documentos fundamentales para ayudar a garantizar que las respuestas ante desastres sean ejecutadas localmente, administradas por el gobierno estatal, territorial o tribal, y apoyadas federalmente.
A través de los años, FEMA proporcionó más orientación y capacitación. Esto ayudó a los estados, locales, tribus y territorios a desarrollar planes de mitigación de riesgos más eficaces. Las lecciones aprendidas en todo el país se combinaron con asistencia y recursos prácticos para ayudar a las comunidades a planificar. El resultado es una planificación de mitigación de riesgos que es más inclusiva y planes con estrategias accionables. Los planes se convirtieron en herramientas para preparar y proteger a estados, tribus, territorios y comunidades locales del impacto de desastres y eventos de peligros naturales.
Veinte años después, muchas comunidades están actualizando su plan de mitigación de riesgos por cuarta o quinta vez. Cada vez más, están integrando elementos de planificación de mitigación con otros planes, como planes de desarrollo integral o económico. Las comunidades locales las utilizan para decidir dónde y cómo construir. Los planes incluyen el uso de códigos de construcción resistentes a desastres actuales. Las comunidades están agregando el uso de la tierra, la protección contra incendios forestales, la adaptación al clima y campos como la salud pública a su planificación de mitigación. Tome Massachusetts (en inglés) como ejemplo, que combinó sus planes de mitigación de riesgos y adaptación climática en una sola estrategia. Además, Manitou Springs en Colorado (en inglés), que utiliza la mitigación de riesgos como un factor en sus opciones de crecimiento y desarrollo. Esto representa un testimonio del poder de la planificación para reducir el riesgo.
El Programa Nacional de Planificación de Mitigación de FEMA celebra esta legislación histórica. A medida que lo hacemos, trabajamos para aumentar y apoyar la planificación efectiva. Colaboramos con los colaboradores de forma temprana y frecuente, apoyamos la integración del plan y la implementación de acciones utilizando una amplia gama de recursos públicos y privados. Una planificación eficaz conduce a proyectos de mitigación completados, incluidas acciones no estructurales. FEMA continúa ayudando a las comunidades a medida que trabajan para ser más seguras y resistentes. Para ver una imagen clara del impacto a largo plazo en todo el país, eche un vistazo al itinerario de eventos.
FEMA celebra el aniversario y el legado de la Ley de Mitigación de Desastres de 2000 en octubre y noviembre. Para obtener más información sobre la ley, visite el sitio web de FEMA. Para obtener recursos que respalden la planificación de mitigación y su plan de mitigación de riesgos, visite la página Planificación de Mitigación de Riesgos.
Además, el ciclo de los fondos del Año Fiscal 2020 para las subvenciones para la Mitigación de Riesgos No Relacionadas con Desastres aceptará solicitudes hasta el 29 de enero de 2021. Como se requiere un Plan de Mitigación de Peligros aprobado por FEMA para la asignación de fondos, revise los proyectos elegibles para obtener financiamiento para una Asistencia para la Mitigación de Inundaciones y el nuevo Programa de Mitigación de Desastres Construyendo Infraestructura y Comunidades Resilientes.